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El cromañón vacuno resucita

10 marzo 2010 Sin Comentarios

FUENTE: Público.es

Un proyecto pretende devolver a la vida al uro, ancestro común de las razas bovinas actuales, extinto desde 1627

La resurrección ha dejado de ser un lujo sólo digno de divinidades cristianas, pues el uro (Bos primigenius), un bóvido extinto desde 1627, se ha apuntado al carro de volver a la vida después de la muerte. El Proyecto Taurus, ideado por la organización conservacionista holandesa Fundación Ganado Taurino, pretende revivir a este animal, cuya desaparición se atribuye a la sobreexplotación humana y a la destrucción de su hábitat. Esta especie llegó a Europa hace 250.000 años, y de su evolución y descendencia surgieron las razas vacunas actuales. «Podríamos considerar al uro como el hombre de cromañón bovino», explica el genetista de la Universidad de Córdoba involucrado en el proyecto, Alfonso Luque.

Aunque a priori la iniciativa parece una versión del guión de Parque Jurásico, Luque asegura que el proceso de revivir al uro «es mucho más simple y menos fantástico que la película». Los investigadores están seleccionando las razas vacunas actuales más similares al uro para realizar un proceso de retrocruzamiento. Este consiste en buscar las características genéticas del uro entre sus descendientes y mezclarlas mediante cruces hasta combinarlas en un solo ejemplar, lo que Luque define como una «evolución a la inversa». Para el director del Proyecto Taurus, Henri Kerkdijk, el proceso «es como tener todas las piezas de un puzle, lo único que hay que hacer es encajarlas correctamente».

«Hemos seleccionado varias especies en cuyos genes esperamos encontrar la receta del uro», comenta Kerkdijk.

Así serán los cruces

Para conocer cuáles son los ingredientes del uro, los investigadores van a extraer material genético de restos de este animal presentes en huesos y dientes almacenados en museos de historia natural. «Mediante la comparación de los distintos ADN, sabremos en qué se parece cada raza a su ancestro», agrega Kerkdijk.

A comienzos del próximo verano, los científicos obtendrán los primeros vástagos cruzados. Si todo sale según lo planeado, cada generación se parecerá más al uro original. «Nuestro objetivo es conseguir una correspondencia genética del 100%, aunque va a ser casi imposible», afirma Kerkdijk. «Alcanzar una similitud del 99% sería estupendo», añade. Según el experto, los bóvidos seleccionados tienen una correspondencia de «entre el 50% y el 75%» de su ADN con el de sus predecesores. «Cuantas más especies se crucen, más se parecerán los descendientes al uro original explica Luque. Puede que dentro de tres o cuatro generaciones ya tengamos crías muy similares», agrega.

Más información:
http://www.publico.es/