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Curiosity halla un antiguo lecho de un río en Marte

10 octubre 2012 Sin Comentarios

FUENTE: NASA

Curiosity, el vehículo explorador todo terreno, de la NASA, halló evidencia de que alguna vez un flujo de agua corrió vigorosamente a través del área donde el vehículo explorador todo terreno está desplazándose ahora. Ya había prueba de la presencia de agua en Marte pero ésta (las imágenes de rocas que contienen antiguas gravas en el lecho de un río) es la primera de su clase.

«Teniendo en cuenta el tamaño de las gravas que transportaba, podemos interpretar que el agua se movía a aproximadamente 1 metro (3 pies) por segundo, a una profundidad de alrededor de 1 metro», dijo el co-investigador del proyecto Curiosity (Curiosidad, en idioma español), William Dietrich, de la Universidad de California, Berkeley. «Se han escrito diversos trabajos sobre canales en Marte con muchas hipótesis diferentes sobre los flujos que los surcaban. Esta es la primera vez que estamos viendo realmente grava transportada por el agua en Marte. Esta es una transición que va desde la especulación sobre el tamaño del material en el lecho hasta la observación directa del mismo».

El sitio del hallazgo yace entre el borde norte del cráter Gale y la base del Monte Sharp (Monte Agudo, en idioma español), una montaña dentro del cráter. Una imagen anterior de la región, tomada desde la órbita, permite hacer una interpretación adicional del conglomerado de grava. La imagen muestra un abanico aluvial de material que ha descendido desde el borde, surcado por muchos canales que son evidentes y que se encuentran ubicados cuesta arriba de los nuevos hallazgos.
La forma redondeada de algunas piedras en el conglomerado indica que fueron transportadas desde una larga distancia, desde la parte superior del borde, donde un canal llamado Peace Vallis se une al abanico aluvial. La abundancia de canales en el abanico, entre el borde y el conglomerado, sugiere flujos continuos o repetidos durante un largo tiempo (no solamente uno de ellos o durante pocos años).

El descubrimiento surge de examinar dos afloramientos, denominados «Hottah» y «Link», a través del instrumento de telefotografía de la cámara de Curiosity, ubicada en su mástil, durante los primeros 40 días posteriores al aterrizaje. Esas observaciones siguieron pistas anteriores de otro afloramiento, el cual quedó expuesto debido a la acción del propulsor cuando Curiosity, el vehículo explorador todo terreno del Proyecto del Laboratorio Científico de Marte, se posó sobre el planeta.
«Hottah se parece a un trozo de acera de la ciudad levantado por un martillo neumático, pero es en verdad un bloque inclinado de un antiguo lecho de un río», dijo el científico del Proyecto del Laboratorio Científico de Marte, John Grotzinger, del Instituto de Tecnología de California (Caltech), en Pasadena.

Las gravas en conglomerados en ambos afloramientos tienen tamaños variados, van desde un grano de arena hasta una pelota de golf. Algunas son angulares, pero muchas son redondeadas.

«Las formas nos dicen que fueron transportadas y los tamaños nos dicen que no pudieron ser transportadas por el viento. Fueron transportadas por un flujo de agua», señaló la co-investigadora del proyecto Curiosity, Rebecca Williams, del Instituto de Ciencia Planetaria, en Tucson, Arizona.

El equipo científico quizás use a Curiosity con el fin de conocer la composición elemental del material que mantiene unido al conglomerado, y es posible que así pueda revelar más características del ambiente húmedo que formó estos depósitos. Las piedras del conglomerado constituyen una muestra de lo que hay arriba del borde del cráter; de modo que el equipo también puede examinar algunas de ellas para conocer más sobre la geología de la región.

La pendiente del Monte Sharp, en el cráter Gale, continúa siendo el principal destino del vehículo explorador todo terreno. Los minerales de la arcilla y sulfatos detectados allí desde la órbita pueden ser buenos conservantes de los químicos orgánicos con base de carbono que son posibles componentes para que exista la vida.

«Un flujo que circula durante mucho tiempo puede ser un ambiente habitable», afirmó Grotzinger. «Sin embargo, no es prioritario para nosotros como ambiente para conservar compuestos orgánicos. Todavía estamos camino al Monte Sharp, pero esto nos asegura que ya hemos encontrado nuestro primer ambiente potencialmente habitable».

Más información:
http://ciencia.nasa.gov/